lunes, 14 de junio de 2010

Elogio del malestar.

En las sociedades ricas y seguras cada vez soportamos menos el dolor. En primer lugar, el dolor físico. De lo cual, en líneas generales, me congratulo, porque es una consecuencia del avance médico y técnico, y porque no creo que uno deba sufrir en su carne si puede evitarlo. Aún así, lo cierto es que nos estamos convirtiendo en unos seres blandengues y quejicas.

Pero lo que encuentro verdaderamente preocupante e incluso peligroso es nuestra falta de resistencia ante el dolor vital. Qué digo dolor, ni siquiera eso: hoy en día no soportamos ni el más pequeño malestar. Aturdidos, envenenados y engañados por la imagen del mundo que nos ofrecen las películas, los programas de televisión y, sobre todo, la publicidad, tendemos a creer que la vida es una fiesta permanente llena de familias felices correteando con sus preciosos perros por campos primaverales, de amores que no acaban nunca, de ejecutivos con trabajos apasionantes e importantísimos, de cocinas impecables en las que las amas de casa (todas ellas guapas y vivaces) se lo pasan bomba en su cotidianidad.

El concepto actual de felicidad es relativamente moderno. Durante la Edad Media, por ejemplo, la gente vivía instalada en lo contrario, en la aceptación del dolor como único destino, en el llanto perpetuo de la pérdida del Paraíso y el entendimiento de este mundo como valle de lágrimas. Después, a medida que se fue desarrollando la conciencia individual, los humanos fuimos aspirando a más y más a conseguir el gozo en este mundo.

Pero una cosa es aspirar a ser feliz y saber que tienen derecho a ello, y otra esta ramplona obligatoriedad de la dicha perpetua. Hoy la gente no soporta la más mínima inquietud o pesadumbre. Pero el problema es que la existencia es siempre crítica, siempre inestable, siempre irregular. No es posible vivir sin altibajos, sin miedos, sin frustraciones, sin penas, sin dolor, sin desasosiego. No se puede vivir sin cosechar fracasos. Luego, claro está, también existen los momentos perfectos, los triunfos, las risas, los diversos amores, toda esa belleza que seremos más capaces de apreciar si aceptamos, precisamente, la cuota de malestar.
Porque la vida es muy hermosa pero duele.


(Rosa Montero)

5 comentarios:

  1. hola! me gusta tu blog! tengo un blog de traducción de canciones, pásate si quieres, y le hechas un vistazo!

    http://traduccion-de-canciones.blogspot.com/

    Gracias!

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  2. me gusta tu blog :D
    http://foraworldofimpossibledreams.blogspot.com/
    te sigo"

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  3. Te confirmo que tu página figura entre las de mi blogroll, me gustaría que modificaras el enlace roto a mi antiguo blog por éste otro www.transmusiclation.com

    Muchas gracias de antemano por tu ayuda y comprensión :)

    PS: No pretendo que publiques este comentario con el fin de hacerme publicidad, simplemente es para pedirte la modificación, así que si una vez hecho quieres eliminarlo lo entenderé perfectamente.

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